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El café pendiente

Con la única intención de difundirlo, me permito copiar la entrada que en su blog tiene Eduardo Catalán Pérez de Lis, que da cuenta de una práctica solidaria que se va extendiendo cada vez más, a través de un gesto generoso, sencillo y de bajo costo: 

Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa. Luego entran dos personas:

– Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres «pendientes».Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van. 


Pregunto:- ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?

Me dicen:- Espera y verás.
 Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:
– Tres son para nosotros, y cuatro “pendientes”.
Pagan por siete, se toman los tres y se marchan. Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos. Estamos sentados y, de repente, aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja:

– ¿Tienen algún «café pendiente»? 


Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente. Esa costumbre ya ha salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a muchas ciudades de todo el mundo-


Bien podría extenderse a otros bienes tan necesarios…

En facebook también se da buena cuenta de esta iniciativa solidaria: